Emilio Botín pertenecía a una familia muy vinculada a Banco Santander. Su abuelo y su padre presidieron al igual que él la entidad financiera de origen cántabro. Sin embargo, en la historia del banco, Emilio Botín ha sido quien ha logrado escribir la mayor parte de ella, consiguiendo elevar un banco de la provincia de Santander al mundo.

Emilio Botin desarrolló su carrera universitaria en Bilbao, donde obtuvo la licenciatura en  Derecho y Economía por la Universidad de Deusto. En 1958, entró en el entonces llamado Banco de Santander y, tras ocupar  diversos, fue nombrado consejero en 1960. Cuatro años después, ya era director general y miembro de la comisión ejecutiva del consejo.

Seguiría tomando mayores  responsabilidades progresivamente. En 1971 fue elegido vicepresidente segundo; en  1977 asumió el cargo de consejero delegado, y el 19 de noviembre de 1986, la  presidencia.

Tras la llegada de Emilio Botín al frente de la entidad, el banco pasa a denominarse  Banco Santander, perdiendo la preposición “de”, que le daba un acento local que ya  no se correspondía con su realidad morfológica, dado que durante los años 60 y 70  había realizado una fuerte expansión por España y había hecho algunas incursiones  en Iberoamérica.

En 1988, Emilio Botín firmó una de las alianzas de mayor alcance de la banca europea, tanto por su desarrollo efectivo como por su duración, con The Royal  Bank of Scotland, por entonces un banco escocés de tamaño medio dentro de la  banca británica, que luego entraría en el siglo XXI como el quinto banco del mundo por  capitalización bursátil.

Previamente, en 1987, Banco Santander adquirió Bankhaus Centrale  Credit, que pasará a denominarse CC Bank, con lo que puso un pie en Alemania. Dos  años después entraría en Italia, con la compra de una participación del Instituto 2 Bancario Italiano y poco más tarde en Estados Unidos, al adquirir el 13,5% de First  Fidelity (1991), participación que más tarde incrementaría hasta un 23,4%. A la vez, empezó a desarrollar con mayor fuerza su incursión en Iberoamérica, con filiales en Chile, Argentina, Panamá y Puerto Rico.

Emilio Botín fue modernizando el banco y preparando una estructura de capital que le permitiría lanzar uno de los grandes retos de la historia de la banca española. El 13 de  septiembre de 1989, cuando en la banca apenas competía en precios, pone en el  mercado la “Supercuenta” una cuenta corriente que ofrecía un interés del 11% por  dinero a la vista, cuando la práctica habitual era no remunerar estas cuentas con más  de un 1%. Con este producto, el banco multiplicó su alcance al incrementar de forma  notable sus depósitos y su base de clientes, a la vez que se debilitaban algunos de sus competidores.

Una de las operaciones más brillantes de la carrera de Emilio Botín al frente del Banco Santander tuvo lugar el 25 de abril de 1994 con la adjudicación del paquete de control de Banesto, un emblema de la banca española que había sido intervenido por el Banco de España. Con la toma de control de Banesto, se aupaba al liderazgo del sector en España de manera incuestionable, posición en la que sigue desde entonces.

Tras esta operación, Emilio Botín puso en marcha el redimensionamiento de las posiciones del banco en el extranjero. Pero el gran salto se produjo en enero de 1999, cuando el 15 de enero anunciaba por sorpresa la fusión del Banco Santander con el Banco Central Hispano. Era la primera gran operación europea desde que el euro se implantaba en los mercados, justo con el inicio de ese año.

La integración de los dos bancos supuso sumar en un mismo grupo a cuatro grandes bancos, los mismos que en los años 70 habían fundado el Sistema 4B para los medios de pago: Santander, Banesto, Central e Hispano Americano. La potencia agregada permitió que el banco afrontara una nueva y fructífera etapa de expansión.

En los primeros años tras la fusión, se completó la expansión en Iberoamérica, con la compra de grandes bancos en México y Brasil, además de otras entidades de menor tamaño en Argentina, Chile o Venezuela. Posteriormente, se han adquirido sociedades de financiación al consumo en Polonia, Noruega y Holanda y se ha extendido la actividad a otros países, como Austria, Suecia, República Checa, Hungría. Estas sociedades conforman Santander Consumer, líder en financiación al consumo en Europa.

En 2004, Santander adquirió el banco Abbey, sexta entidad financiera británica y segunda en el mercado hipotecario, mediante el canje de acciones de Santander por acciones de Abbey, para lo que se realizó una ampliación de capital por valor de 12.500 millones de euros. Tras esta adquisición, Santander y The Royal Bank of Scotland (RBS) deshicieron el cruce de Consejeros y Santander vendió su participación accionarial en RBS.

Emilio Botín supo aprovechar los años de la crisis económica mundial de finales de la primera década del siglo XXI para realizar operaciones que permitieron redondear la expansión del Banco Santander en Reino Unido y Brasil, poner un pie en Estados Unidos y tomar una fuerte posición en Polonia.

Este proceso de expansión ha dado lugar a un Banco Santander que cuenta con 3,3 millones de accionistas, presta servicios a 107 millones de clientes, atendidos a través de más de 13.000 oficinas y 185.000 empleados.

Durante los 64 años en los que Emilio Botín ha ejercido de presidente, logró colocar a Banco Santander como primera entidad bancaria española, primer banco de la zona Euro y uno de  los más grandes del mundo.

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